Y es entonces, cuando salgo y me detengo a mirar el cielo, cuando me doy cuenta de lo insignificantes que somos. No somos nada comparado con lo que hay ahí afuera,pero no por eso dejamos de ser menos importantes para el mundo.
Eso nos pasa con las pequeñas cosas, los pequeños detalles, no porque sean "pequeños" valen menos; aveces son precisamente esas insignificancias,las que nos llenan la vida y nos hacen valorarla.
Aprender a ver lo hermoso en un silencio, en un suspiro, en un simple beso de aquel que ya te dio millones, en una estrella que brilla más que cualquiera, en el sonido del viento, en el despertador de cada mañana, en cada latido...
Es difícil aprender a valorar esas pequeñas cosas cuando estamos viviendo en una sociedad donde no se nos priva de nada.
No todo el mundo tiene una familia, una casa dónde cobijarse, algo que llevarse a la boca, un novio que de verdad los ama...
Y yo, yo lo tengo todo. Todo y más que eso. Y aún así, aveces me cuesta demasiado apreciar lo que tengo.
¿Egoísmo?No.
Talvéz miedo, miedo a perderme , a que las cosas no salgan cómo quiero, a que mi sueño de hoy se convierta en una pesadilla en el mañana.Soy cobarde.
Me da miedo vivir.Me da miedo toparme con algo que no me guste.Me da miedo que me hagan daño, y me da miedo hacérselo a alguien.
Pero cuándo pienso en un futuro, y en cómo quiero que sea, me vengo arriba, y es entonces cuando me veo yo, más grande que el mismo universo.
Luchar por lo que uno quiere vale la pena. Nunca nada ha valido tanto como eso.
Eso nos pasa con las pequeñas cosas, los pequeños detalles, no porque sean "pequeños" valen menos; aveces son precisamente esas insignificancias,las que nos llenan la vida y nos hacen valorarla.
Aprender a ver lo hermoso en un silencio, en un suspiro, en un simple beso de aquel que ya te dio millones, en una estrella que brilla más que cualquiera, en el sonido del viento, en el despertador de cada mañana, en cada latido...
Es difícil aprender a valorar esas pequeñas cosas cuando estamos viviendo en una sociedad donde no se nos priva de nada.
No todo el mundo tiene una familia, una casa dónde cobijarse, algo que llevarse a la boca, un novio que de verdad los ama...
Y yo, yo lo tengo todo. Todo y más que eso. Y aún así, aveces me cuesta demasiado apreciar lo que tengo.
¿Egoísmo?No.
Talvéz miedo, miedo a perderme , a que las cosas no salgan cómo quiero, a que mi sueño de hoy se convierta en una pesadilla en el mañana.Soy cobarde.
Me da miedo vivir.Me da miedo toparme con algo que no me guste.Me da miedo que me hagan daño, y me da miedo hacérselo a alguien.
Pero cuándo pienso en un futuro, y en cómo quiero que sea, me vengo arriba, y es entonces cuando me veo yo, más grande que el mismo universo.
Luchar por lo que uno quiere vale la pena. Nunca nada ha valido tanto como eso.
"La Muerte está tan segura que va a ganar, que nos deja toda una vida de ventaja"
Carpe Diem.